El cofre

Antiguamente en estas cajas, con tapa y cerradura, se guardaban las cosas de valor. Si habéis abierto la cerradura de este cofre probablemente no encontréis nada de mucha valía. En él sólo hallareis mis escritos eróticos. Unos ciertos otros inventados. Pero todos creados con el mismo propósito: despertar el deseo y, quizá, la lujuria de nuestros sentidos.







lunes, 12 de diciembre de 2011

Oh, vello púbico, ¿dónde estás?

Dímelo, erótico y atractivo vello, ¿adónde has ido? ¿Dónde te han escondido? Dímelo  porque hace tiempo que te busco con empeño y no consigo encontrarte.
Sé que intentan eliminarte, extinguirte para siempre con todos los medios a su alcance. Te queman con cera caliente, te cortan con cuchillas afiladas, te aplican laser. Sin compasión, sin remordimiento. Oh, cuánta inconsciencia, cuánta afrenta al erotismo más puro, al más erudito, al intenso, al más natural.
Sugerente, voluptuoso como antaño ¿dónde estás bosque del deseo? Te busco una, y otra, y otra vez y no te encuentro.

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