Un rincón donde alimentar el deseo y alejar los prejuicios
El cofre
Antiguamente en estas cajas, con tapa y cerradura, se guardaban las cosas de valor. Si habéis abierto la cerradura de este cofre probablemente no encontréis nada de mucha valía. En él sólo hallareis mis escritos eróticos. Unos ciertos otros inventados. Pero todos creados con el mismo propósito: despertar el deseo y, quizá, la lujuria de nuestros sentidos.
Este es el rincón de un hedonista solitario que deambula perdido en este frío e insensible siglo XXI. Amante de la buena mesa y eterno enamorado de la sexualidad de la mujer.
Aquí tienes la llave:
mambi1898@hotmail.com introdúcela despacio en la cerradura, gira y
abrirás el cofre. Ahora deposita lo que tú desees y
cierra de nuevo.
La vela arde en silencio y sus lágrimas se convierten en objeto de placer. Ardiente, íntimo, sensual, provocativo y arrebatador.
Una fantasía, un deseo, una realidad.
Cuántas sensaciones pueden provocar ese elemento al transformarse de sólido a líquido... Desde el sonido al encenderse, su aroma, el calor que desprende... hasta que su contacto llega a nuestra piel. La vela, sí, maravilloso objeto de placer...
Cuántas sensaciones pueden provocar ese elemento al transformarse de sólido a líquido...
ResponderEliminarDesde el sonido al encenderse, su aroma, el calor que desprende... hasta que su contacto llega a nuestra piel.
La vela, sí, maravilloso objeto de placer...